¿Por qué es tan importante dedicarse al estudio del derecho laboral-electoral?
Una defensa de la democracia que olvida a quienes día a día dedican su vida a ella, jamás será una auténtica defensa.
Mónica Calles Miramontes
12/20/20242 min read
Las reformas electorales que se realizaron en los años 90’ marcaron pautas de gran importancia en nuestro sistema electoral.
En esta década se sentaron las bases constitucionales y legales para que la función electoral se realice por autoridades autónomas e independientes.
Fue en 1993 cuando se dotó al entonces Tribunal Electoral Federal de competencia para resolver los conflictos laborales entre el INE y sus funcionarios públicos, motivando esto en el fortalecimiento de la autonomía e independencia de las autoridades electorales.
A diferencia de cualquier otro sector, el derecho laboral electoral tiene una base constitucional específica en el artículo 41 y no emana directamente del artículo 123.
Esto lleva a una mayor necesidad de tener estudios de temas muy particulares que surgen de esta materia y la adaptación a la realidad actual; sin embargo, esto no ocurre.
Aquí el derecho no destaca por su evolución. La legislación tiene casi tres décadas sin modificarse.
Los criterios del Tribunal Electoral hoy en día, y sin un sustento constitucional que lo respalde, siguen siendo un tema que queda en sesiones privadas y sin muestras de evolución.
Y, por ello, considero indispensable poner atención a los criterios del tribunal y las problemáticas que se viven por las y los trabajadores que trabajan en el ámbito nacional electoral.
Las y los trabajadores de estas instituciones son el engranaje de la función electoral, son su estructura y el contacto directo con la ciudadanía, quienes hacen posible el cumplimiento de la encomienda constitucional.
En estas épocas hemos tenido ya constantes amenazas sobre el sistema electoral, un sistema que durante décadas ha costado a los mexicanos inconformidades, reclamos, luchas y pérdidas de vidas.
Así, cuando hablamos del fortalecimiento de las instituciones electorales y las áreas de oportunidad que ameritan ser estudiadas, el derecho laboral electoral es una de ellas.
La defensa de las instituciones democráticas no puede ser concebida sin la protección y el reconocimiento de las personas que hacen posible su existencia y que día a día, mediante su gran labor, dedican su vida al desarrollo democrático del país.
No podemos defender la democracia y al mismo tiempo ser indiferentes con los reclamos laborales de las y los servidores públicos del INE.
No podemos ser defensores de la democracia y permanecer inmóviles hacia la afectación de los derechos laborales de funcionarios electorales.
Una defensa de la democracia que olvida a quienes día a día dedican su vida a ella, jamás será una auténtica defensa.